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Columna de opinión con colaboración de César Madrid, psicólogo
CIFOPSI · 22 de septiembre de 2025
En los últimos días, Roblox ha estado en boca de muchos por la falta de filtros internos y la preocupación sobre la seguridad infantil. Como madres, padres o cuidadores, es normal que surjan preguntas: ¿es peligroso? ¿qué tanto debo preocuparme? ¿cómo acompaño sin prohibir todo?
Para responder, invitamos a César Madrid, psicólogo y usuario tecnológico desde la infancia, quien comparte una mirada clara: la tecnología no es un daño en sí misma. Puede ser alegría, aprendizaje y vínculo, pero siempre dependerá de la presencia, el criterio y la comunicación familiar.
Madrid es categórico:
“La respuesta desde mi punto de vista es NO: la tecnología no es un daño. Es una herramienta útil y hoy es de vital importancia en nuestras vidas. Los videojuegos permiten jugar y ser feliz, jugar solo o en compañía, incluso a distancia. Pero como todo, necesita normas claras, porque somos los adultos quienes facilitamos estas tecnologías.”
Su advertencia es directa:
“Nosotros los adultos somos el puente de estabilidad de nuestros hijos; el éxito o el caos en esta área tan hermosa como es la felicidad de los niños depende de nuestros filtros, la comunicación constante y, sobre todo, del conocimiento real de lo que están haciendo.”
Roblox no es solo entretenimiento. Es un espacio social donde niños y niñas comparten con conocidos y desconocidos. Allí se juega a la fantasía: montar dinosaurios, transformarse en un zorro o crear un equipo con Messi y Cristiano. Pero también, como recalca Madrid, es un entorno frágil si no hay barreras:
“Roblox está hoy en el ojo del huracán. Su falta de supervisión y carencia de restricciones ha generado una puerta enorme para que personas sin escrúpulos se acerquen a los niños. Lo que antes eran cuentos sobre extraños con dulces, hoy son regalos digitales: monedas o juegos gratuitos que buscan entrar en la vida de los más pequeños.”
Aunque la compañía tiene un rol innegable, Madrid insiste en que no podemos delegar todo:
“Sí, Roblox puede estar mal, pero la responsabilidad de lo que consumen nuestros hijos es nuestra. Sea en Chile, Latinoamérica o cualquier lugar, somos los adultos responsables de presentarles un mundo de respeto y cuidado.”
La investigación clínica y educativa coincide con lo que subraya Madrid: el acompañamiento no es vigilancia estricta, sino presencia significativa.
“Antes de jugar, ver o descargar una aplicación, mis hijos nos preguntan. Revisamos y nos damos el trabajo de averiguar. El problema no es solo de una compañía, sino de cómo como familia nos involucramos. El mejor filtro no está en una app, sino en el diálogo cercano en casa.”
Juega con ellos al inicio (co-uso): crea tu perfil, explora los juegos y conversa mientras lo hacen.
Mira juntos la configuración de seguridad: revisen el chat, las invitaciones y cómo bloquear a alguien.
Pon reglas simples y visibles: horarios, qué juegos sí, dónde se juega (espacio común de la casa).
Pregunta siempre “¿con quién juegas?”: así conoces el contexto social detrás de la pantalla.
Hablen de los “regalos digitales” (micropagos): explícale que nada es realmente gratis y acuerden juntos qué se puede aceptar o no.
Enseña a pausar y contar: si algo incomoda, el primer paso es parar y hablar con un adulto.
Coordina con otros padres: comparte experiencias y criterios para no estar solo en la supervisión.
Sé ejemplo en el uso de pantallas (modelaje adulto): muestra también tus propios límites de tiempo y descanso.
Define qué hacer si algo sale mal: guardar evidencia, reportar en la plataforma y buscar orientación profesional.
Celebra lo positivo: reconoce sus logros, creatividad y amistades digitales seguras. No todo es peligro, también hay experiencias valiosas.
Grooming: estrategia de acercamiento y manipulación de un adulto hacia un menor con fines de abuso, frecuentemente mediante regalos/atención y traslado de la conversación a espacios más privados.
Micropagos/regalos digitales: moneda o ítems de juego que incentivan permanencia; pueden usarse de forma prosocial (juego) o como anzuelo para ganar confianza.
Co-uso: práctica de jugar/observar juntos para acompañar, conversar y enseñar criterios.
Cambios llamativos en ánimo, sueño, apetito o rendimiento escolar.
Secrecía inusual sobre lo que ocurre en el juego o el chat.
Aislamiento social o aumento marcado del tiempo conectado.
Solicitudes de dinero, regalos digitales o migración de la conversación a otras apps.
Si surge alguna de estas señales, baje la velocidad: escuche sin juicio, recopile lo necesario y busque orientación profesional. Si sospecha vulneración de derechos, active los canales formales de denuncia según su país.
El mejor filtro no está en una app, sino en el diálogo confiable y la presencia adulta. La tecnología puede ser un espacio de juego y aprendizaje con bienestar si las familias median su uso con información, límites y afecto.
César Madrid, Psicólogo. Usuario tecnológico desde la infancia y padre. Su posición central: la tecnología no es un daño per se; el problema no es solo de las compañías, sino también de los adultos que debemos mediar, conversar y poner límites informados para el bienestar de niños, niñas y adolescentes.
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